Las tormentas de arena van en aumento: tecnología ancestral ofrece solución

El número de tormentas de arena va en aumento. Cuestan miles de millones, pero una tecnología de 3000 años de antigüedad ofrece la solución

Debido al cambio climático, el número de tormentas de arena está aumentando. Esto no solo cuesta miles de millones debido a los daños causados a la agricultura, sino que también es perjudicial para las personas y la naturaleza. Afortunadamente, existe un método de 3000 años de antigüedad, que puede ayudar.

Se calcula que las tormentas de arena y polvo cuestan a oriente medio y el norte de áfrica unos 13 000 millones de dólares al año. Los científicos han combinado la inteligencia artificial más avanzada con un método de 3000 años de antigüedad para encontrar la forma de limitar los daños.

A lo largo de los ríos Éufrates y Tigris

Las tormentas de arena y polvo dañan los cultivos y son perjudiciales para la salud humana y animal. Las infraestructuras también resultan dañadas y las escuelas y empresas a veces tienen que cerrar durante semanas. Existen causas naturales para estas tormentas, pero el hombre también ha contribuido al problema en las últimas décadas.

La mayor parte del polvo se asienta en Irak, entre los ríos Tigris y Éufrates, y a lo largo de la frontera sirio-iraquí. Por eso, el investigador Hossein Hashemi, de la universidad sueca de Lund, se centra especialmente en esta zona, que incluye partes de Turquía e irán. Las tormentas de arena y polvo están causadas principalmente por los desiertos y las tierras áridas.

En los calurosos meses de verano, el fuerte viento del noreste trae grandes cantidades de partículas de polvo a la región. Y lo peor de todo: estas tormentas son cada vez más frecuentes, duran más y se extienden por una zona más extensa. El cambio climático es una causa probable, pero también las tierras cultivables que ya no se utilizan, la mala gestión del agua, la migración a zonas urbanas y la despoblación causada por la guerra.

Las guerras

“Cada vez llega menos agua a los lagos y pantanos de Oriente Próximo debido a las presas construidas río arriba, pero también al cambio climático. Con la ayuda de la IA y los datos por satélite, ahora podemos definir las zonas que pueden convertirse en nuevas fuentes de polvo”, explica Hossein Hashemi. Ya se ha cartografiado toda la zona. Especialmente especial es que resulta fácil ver cómo cambian las fuentes de polvo con el tiempo. “El siguiente paso es relacionar estas fuentes de polvo con los cambios sociopolíticos. Estamos estudiando la relación entre los cambios en el uso del suelo y la guerra en la región, especialmente en Irak. ¿Cómo afectó la guerra al uso de la tierra y condujeron estos cambios a una transformación de la tierra en fuente de polvo?”, se pregunta Hashemi.

Su equipo de investigación ha demostrado, entre otras cosas, que los lagos de la zona se han reducido debido a la mala gestión del agua y a los largos periodos de sequía, lo que los convierte en fuentes potenciales de polvo. Ahora los investigadores quieren estudiar con más detalle el uso del suelo en los últimos 20 años y los efectos de la guerra.

El sistema de qanats

A medida que la tierra se convertía en arena y aumentaba la escasez de agua, muchos habitantes de las aldeas iraquíes se vieron obligados a trasladarse a las ciudades. Sin embargo, la presión sobre la tierra y las personas podría causar más disturbios en la región, ya de por sí plagada de conflictos.

Para hacer frente a esta situación, los investigadores buscaron posibles soluciones. Por un lado, aplicaron la IA a distintos escenarios de gestión del agua para ver qué podía mejorar la situación. Por otro, se demostró la utilidad de un sistema de qanats de 3000 años de antigüedad. 

Un qanat es un sistema tradicional de recogida y transporte de agua. Consiste en una red subterránea de canales que utiliza la gravedad para llevar el agua subterránea a la superficie. Estas redes pueden tener muchos kilómetros de tamaño. En la superficie, el agua se distribuye a través de canales abiertos a las tierras de cultivo o se utiliza como agua potable.

Lagos secos

“Las soluciones naturales pueden mejorar la disponibilidad de agua. Por ejemplo, los qanats pueden ayudar a que los lagos y pantanos se mantengan más llenos. Los estudios han demostrado que los lagos secos son una de las principales fuentes de las tormentas de polvo que surgen en Oriente Medio”, afirma Hossein Hashemi.

La llegada de las modernas instalaciones hídricas y la marcha de la población local ha hecho que muchos qanats se hayan secado o estén mal mantenidos. Pero en algunas regiones, los qanats siguen siendo la principal fuente de agua.

Agua subterránea al nivel adecuado

Y funciona muy bien. El caudal de agua del qanat viene determinado por el nivel de las aguas subterráneas. Si el nivel de las aguas subterráneas desciende, el flujo de agua a través de los qanats también disminuye. Esto lo convierte en una forma muy sostenible de extraer agua. Como los qanats son subterráneos, también se pierde poca agua por evaporación. Por último, el sistema tampoco es tan sensible a las diferencias en las precipitaciones.

“La pérdida de agua supone una pérdida de biodiversidad y una merma de la seguridad alimentaria. El lago Urmia, no lejos de la cuenca del Tigris y el Éufrates, se ha convertido en una fuente de polvo. El agotamiento de este recurso natural es un riesgo para la sociedad. Por eso se necesitan soluciones para el bienestar de las personas y la naturaleza”, concluye Hossein Hashemi.

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