El lado oscuro de las hembras de monstruos de gila: Peleas feroces y sorprendentes

Encuentros feroces entre hembras de monstruos de gila: Descubriendo la intensidad y violencia en la lucha animal

Las cosas resultan ser mucho más violentas que en los encuentros entre machos. Los investigadores incluso tuvieron que intervenir para evitar que la reyerta se les fuera de las manos.

Se podría pensar que los machos suelen pelearse más que las hembras. Pero al menos entre los monstruos de gila, no es así. Las hembras de los monstruos de gila resultan ser sorprendentemente feroces. Los investigadores quedaron realmente sorprendidos por la agresividad observada.

¡Prepárense para rugir!

En el estudio, los investigadores hicieron luchar entre sí a varios monstruos de gila adultos. El objetivo era recopilar datos sobre la fuerza de sus mordiscos. El equipo también quería estudiar hasta qué punto el osteodermo (una inclusión dura y ósea en la piel con forma de escama) proporciona suficiente protección durante los encuentros violentos.

Más sobre los monstruos de gila

Los monstruos de gila (heloderma suspectum) son lagartos venenosos de gran tamaño, que se encuentran principalmente en los desiertos secos y áridos de los estados unidos. Son fáciles de reconocer: el cuerpo es negro con manchas entre rojas y rosadas y tienen una piel escamosa en forma de verruga, causada por osteodermos. Además, están dotados de enormes dientes.

La gruesa cola les sirve como almacén de grasa para cuando hay menos comida disponible. De este modo, pueden pasar un mes sin comer. Los monstruos de Gila pueden llegar a medir más de 60 centímetros. Y con esta impresionante longitud, es el lagarto autóctono más grande de Estados Unidos. Por lo general, los monstruos de Gila llegan a vivir unos 30 años. El animal debe su nombre a la zona del río Gila, en Arizona, donde antaño eran comunes.

En las cuatro pruebas, las hembras se enfrentaron entre sí. Y la pelea se intensificó con notable rapidez. De hecho, los encuentros resultaron mucho más intensos y violentos que entre machos.

Machos contra hembras

“Los machos no luchan tan ferozmente”, explica el investigador Kristopher Lappin. “Pueden morderse entre ellos, pero por lo que sabemos, no se muerden tan fuerte que realmente duela. Según nuestras pruebas, ahora sabemos que las hembras se muerden de verdad. En tres de los cuatro encuentros, tuvimos que intervenir para evitar que se hirieran de gravedad”.

Antes de atacarse, las hembras hacían movimientos de advertencia con la lengua. A continuación siseaban, se empujaban y arañaban para hacerse más grandes. Y entonces empezó la pelea. Las hembras se agarraban con sus fuertes dientes y no se soltaban. En este estado, giraban sobre sí mismas, de forma similar al llamado “rollo o giro de la muerte” de los cocodrilos. 

Cada vez que giraban sobre su eje de este modo, se detenía la prueba y los investigadores separaban a las hembras para evitar lesiones graves. Ninguno de los monstruos de Gila sufrió lesiones permanentes.

Investigadores sorprendidos

Aunque los investigadores esperaban que las hembras se mostraran agresivas, les sorprendió la rapidez con que se agravó la situación. No esperaban que la lucha fuera tan intensa y violenta. Además, los monstruos de Gila que habían sido mordidos (y, por tanto, habían recibido veneno en sus cuerpos) estuvieron bastante doloridos durante unos días. Tardaron algún tiempo en recuperarse tanto física como mentalmente. Afortunadamente, lo consiguieron por sí solos; no fue necesaria ninguna intervención médica para curar a los animales.

La pregunta, por supuesto, es por qué las hembras son tan extraordinariamente agresivas. Sabemos, gracias a estudios sobre otras especies de lagartos, que las hembras se muestran agresivas cuando defienden su territorio o a su pareja. Incluso cuando se han convertido en madres y protegen a sus crías, a veces quieren arremeter contra ellas. Aunque esta también podría ser la razón de los monstruos de gila, los investigadores también tienen otra sospecha. El menú del monstruo de gila incluye principalmente huevos de aves o reptiles, y a veces también asaltan nidos de mamíferos. La agresividad observada en las hembras podría ser una forma eficaz de ahuyentar a sus congéneres, evitando así el canibalismo.

Mucho por aprender

Si esto es así, tendrán que demostrarlo futuras investigaciones. Además, hay mucho que aprender sobre estos fascinantes animales. “Los monstruos de Gila, a pesar de su emblemática condición de grandes lagartos venenosos, no han sido estudiados en profundidad”, señala Gordon Schuett, director de la investigación. 

“Curiosamente, ciertos componentes de su veneno se han utilizado en el desarrollo de fármacos para la diabetes tipo 2 desde principios de la década de 2000”. El estudio aporta nuevos conocimientos sobre la estructura social de esta especie en peligro de extinción.

Efectivamente, que al parecer las hembras de los monstruos de gila, al menos entre ellas, no son muy amigables. “La agresión entre monstruos de gila hembra es un buen ejemplo de cómo puede ser el comportamiento agresivo y de lo extremo que a veces es”, concluye Lappin. “Desempeña un papel importante en la estructura social y la reproducción. Esperamos que este estudio conduzca a más investigaciones sobre este comportamiento, tanto en esta especie icónica como en otros animales”.

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