Los humanos somos mucho menos especiales de lo que nos gusta creernos. Por ejemplo, no somos los únicos que entienden que los demás no ven lo mismo que nosotros. Esto ni siquiera está reservado a los mamíferos, como se pensó durante mucho tiempo: los dinosaurios ya lo entendían.
Averiguar lo que otra persona está mirando es una habilidad compleja que desarrollamos a partir de los 2 años. Es sencillo seguir la mirada de alguien cuando gira la cabeza hacia algo. Se trata de una respuesta casi automática que también se ha observado en otros mamíferos, aves y reptiles. Es una forma eficaz de recabar información sobre algo llamativo que otra persona ha observado antes que tú. Sin embargo, es mucho más complejo seguir la mirada de alguien hasta un lugar oculto a sus ojos. Entonces tendrás que situarte tú mismo en un lugar diferente para ver lo que la otra persona estaba mirando. Al hacerlo, demuestras que entiendes que la otra persona tiene una perspectiva diferente. Es una habilidad importante que contribuye a nuestra comunicación y a la idea de que los demás tienen sus propios pensamientos.
Los mamíferos no son superiores
Hasta ahora, este comportamiento solo se había descubierto en un pequeño número de otras especies, por supuesto en monos, pero también en perros y cuervos. Tampoco se sabía mucho sobre los orígenes evolutivos de esta habilidad social crucial. Investigadores suecos de la Universidad de Lund han hecho ahora un descubrimiento extraordinario en este campo: los dinosaurios ya poseían esta habilidad al menos 60 millones de años antes de que apareciera en los mamíferos. Esto pone inmediatamente en entredicho la idea de que los mamíferos fueron los primeros animales con una forma superior de inteligencia.
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| ¿Entiendes lo que mira la otra persona? Imagen: Science Advances |
Los investigadores llegaron a su sorprendente conclusión comparando a los caimanes con las aves existentes más primitivas, las Paleognathae. Se trata de aves no voladoras, entre las que se encuentran los kiwis, los emúes y los avestruces. Así, descubrieron que la visión a través de la perspectiva visual tiene sus orígenes en el linaje de los dinosaurios hace al menos 60 millones de años, es decir, antes de que los mamíferos aparecieran en escena.
Los cocodrilos frente a las aves
Los cocodrilos y las aves descienden de los dinosaurios. Sus sistemas nerviosos han permanecido prácticamente inalterados durante cientos de millones de años y, por tanto, siguen siendo muy similares a los de sus antepasados comunes, los dinosaurios. Los Paleognatos, por ejemplo, tienen cerebros muy parecidos a los de los dinosaurios, como el Velociraptor. Al comparar estos dos grupos de animales se obtuvo una imagen del linaje que va desde los dinosaurios extintos hasta las aves modernas de hoy en día.
El investigador Stephan Reber explica: “Los cocodrilos son modelos ideales para investigar los orígenes evolutivos de las capacidades cognitivas de las aves. Lo que comparten puede haber existido ya en el antepasado común. Si los cocodrilos carecen de una habilidad que sí tienen las aves, probablemente evolucionó en los dinosaurios después de la escisión. Este enfoque nos permite investigar la cognición en especies extinguidas”.
Aves inteligentes
El estudio descubrió que los caimanes no pueden ver a través de la perspectiva visual de otros animales, aunque sí pueden seguir la mirada de otro hasta un lugar visible. Las especies de aves analizadas obtuvieron resultados mucho mejores: todas fueron capaces de entender la perspectiva del otro. Además, las aves también podían volver a mirar a los ojos del otro animal y seguir la mirada si no encontraban nada en la dirección en la que el otro animal miraba la primera vez.
Este comportamiento sugiere que las aves tienen la expectativa de que los ojos se centran en un objetivo concreto del entorno. Esta habilidad solo se había observado anteriormente en humanos, grandes simios, monos y cuervos.
Las aves Paleognathae aparecieron hace 110 millones de años, 60 millones de años antes que las dos especies de mamíferos que también adoptan la perspectiva visual, los primates y los perros. Dadas las similitudes neurológicas entre estas aves y sus precursores no voladores, es plausible que la habilidad se originara incluso antes, con los dinosaurios. Sin embargo, es menos probable que el comportamiento ya estuviera presente en los primeros dinosaurios, que tenían un cerebro más parecido al de un caimán.
En realidad no es tan descabellado
Es posible que futuras investigaciones demuestren que esta habilidad está más extendida en los mamíferos de lo que se sabía hasta ahora, pero incluso en ese caso los dinosaurios fueron anteriores. En realidad, tampoco es sorprendente que ya estuvieran dotados de esta habilidad, dada su visión superior a la de la mayoría de los mamíferos. Solo con la llegada de los primates y ciertos carnívoros mejoraron nuestras capacidades visuales.
Lo más interesante es que este estudio es otro hallazgo más que pone en entredicho la opinión predominante de que los mamíferos iniciaron la evolución de la cognición compleja y son la medida de las cosas con la que deben compararse los demás animales. Cada vez más estudios demuestran que nuestros dinosaurios voladores, las aves, tienen una capacidad cerebral notable. Razón por la que quizá debamos replantearnos la evolución de la cognición.
Primates: Aves de honor
“Al principio de mi carrera, a los cuervos se les apodaba ‘monos emplumados’ por los numerosos estudios que demostraban sus notables capacidades cognitivas”, dice el profesor Mathias Osvath. “Pero ahora empiezo a pensar que es más apropiado llamar a los primates aves de honor”.
La investigadora principal, Claudia Zeiträg, coincide con él: “A menudo se pasa por alto a las aves en lo que respecta a sus capacidades cognitivas. Nuestros hallazgos demuestran que no solo tienen algunas de las mismas habilidades que los grandes simios, sino que sus precursores las tenían mucho antes de evolucionar a mamíferos”.