Así es como una IA puede engañarte para que confíes en ella

La importancia de la empatía en la relación entre humanos e IA: cómo compartir información personal aumenta la confianza en los robots

Sentir empatía por un robot es más importante de lo que crees. De hecho, aumenta la confianza que tenemos en una IA Pero ¿cómo se consigue que lo haga?, básicamente de la misma forma que se hace con los humanos: haciendo que un robot comparta información “personal”.

No se construye una relación con otras personas simplemente charlando de cosas sin importancia. Son precisamente los asuntos personales los que os acercan. Al parecer, esto no es diferente con un robot. Una nueva investigación japonesa demuestra que las personas sienten más empatía por una IA en línea cuando esta comparte cosas personales mientras chatea con la gente.

Más aceptación

Debido a la gran escasez de personal, el uso de robots sanitarios o robots en el ministerio, entre otros, es cada vez más normal en Japón. El problema, sin embargo, sigue siendo la confianza que la gente tiene en ellos. Por eso se están investigando los factores que pueden contribuir a una mayor aceptación y empatía hacia la IA. Estudios anteriores ya demostraron que la gente está más dispuesta a aceptar los robots si consiguen suscitar empatía. Esto es válido para los chatbots de los sitios web, pero también para los robots de limpieza o los que se parecen a una mascota. Investigaciones anteriores también han destacado la importancia de contar cosas personales para construir relaciones humanas.

Uno y uno son dos, debieron de pensar los investigadores: si un robot parecido a un humano comparte información personal, debería suscitar la empatía de sus usuarios. Para probar esta idea, los investigadores realizaron un experimento en el que los participantes chateaban en línea con una IA, que estaba representada por la imagen de un humano o de un robot parecido a un humano. 

Durante el chat, el participante y la IA hablaban como si fueran colegas almorzando. En cada conversación, el robot revelaba información personal relacionada con el trabajo, información menos relevante sobre una afición o ninguna información personal.

Información relacionada con el trabajo

Al final, los investigadores pudieron evaluar la empatía de 918 participantes hacia la IA mediante un cuestionario estándar. La información personal relacionada con el trabajo resultó ser la más eficaz: produjo la mayor empatía, más que la información sobre aficiones y, desde luego, más que la ausencia total de una nota personal. 

“En esta situación experimental entre participante y robot, ambos eran colegas el uno del otro. La información personal sobre el trabajo reforzaba los sentimientos de empatía. Así que el estudio deja claro que la información personal adecuada a la situación es la que genera más empatía”, declaró el investigador Takahiro Tsumura, con sede en Tokio.

Para ello, no importaba si la IA se representaba como un humano o como un robot humanoide. Esto no sorprendió al investigador. “Probablemente, habrá diferencias de empatía en comparación con un robot de limpieza o un brazo robótico en la fábrica, pero en este caso el robot tenía apariencia humana en ambos casos. Entonces ya no importa mucho para los sentimientos de empatía”.

Fines educativos

El descubrimiento de que es posible hacer que los robots sientan más empatía podría ser importante para el futuro desarrollo de la IA. Deja que el robot cuente algo sobre sí mismo y la gente tendrá una mejor sensación sobre él, lo que también aumenta la confianza en el dispositivo. “Nuestro estudio puede cambiar la imagen negativa de los robots en la sociedad y contribuir a las futuras relaciones sociales entre humanos e IA”.

Al compartir información personal, una IA puede, por ejemplo, animar a los niños a aprender o a los adultos a realizar determinadas tareas. “Uno de los aspectos más sorprendentes de este estudio fue que revelar información personal en las circunstancias adecuadas provoca cambios no solo en la empatía humana, sino también en el comportamiento. En nuestro estudio, los participantes prestaron más dinero a la IA en función de si compartía información relevante para la situación. Estos resultados podrían ser útiles en simulaciones educativas o interpersonales”.

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