Cualquiera que asista a veces a un concierto en directo se habrá dado cuenta: a través de las guitarras y la batería, como el rock, a veces apenas se oye la voz. Antes era distinto.
Es una decisión consciente hacer que ciertos instrumentos suenen más alto o más bajo en comparación con las voces en la sala de conciertos, pero sin duda también en un álbum. Y esto también está sujeto a tendencias, descubrieron investigadores alemanes, que compararon la música pop de 1946 a 2020. Calcularon la llamada relación voz-música y descubrieron algo que no esperaban: los cantantes principales empezaron a cantar cada vez más bajo en comparación con el volumen de su banda. A lo largo de casi 70 años, la proporción vocal-música (es decir, lo alto que suenan las voces en comparación con el resto del sonido) disminuyó constantemente. Puedes imaginártelo si piensas en canciones del pasado. Las letras estaban mucho mejor articuladas y enseguida se podían cantar palabra por palabra porque eran muy fáciles de entender.
Por cierto, un estudio anterior llegó al resultado contrario: las voces principales se mezclaban a un volumen más alto que los demás instrumentos. Pero las canciones estudiadas resultaron no ser representativas de la música pop occidental. Así que los científicos de la Universidad de Oldenburg volvieron a investigar las cuatro canciones mejor clasificadas en el Billboard Hot 100 de cada año entre 1946 y 2020. “Debido a su diversidad, las listas Billboard se consideran independientes y representativas”, afirma el investigador Karsten Gerdes.
Un decibelio menos
Finalmente, se creó una base de datos de trescientas canciones. Para cada canción, se separaron las voces del resto de la música. Un software especial dividió cada canción en cuatro pistas: voz, bajo, batería y el resto de sonidos. Se eliminaron las voces de fondo; los investigadores solo querían analizar las voces principales. “Nuestro análisis mostró una importante tendencia a la baja. En 1946, la relación voz-música era todavía de 5 decibelios, en 1975 era de aproximadamente 1 decibelio. Después, la relación se mantuvo constante”, explica Gerdes.
Los investigadores querían conocer esta relación para averiguar si las letras de las canciones se han hecho más inteligibles y qué impacto tienen las nuevas tecnologías. La amplificación electrónica de los instrumentos, por ejemplo, podría influir, al igual que ciertas tecnologías de grabación. Y esto último resultó ser el caso: la nueva tecnología estaba detrás del descenso de la proporción hasta 1975: la música se hacía cada vez más alta en relación con las voces porque los instrumentos podían amplificarse fácilmente.
Pero hay más, como la evolución estilística en la música pop. Para explorar esta última idea, analizaron distintos géneros. Los investigadores seleccionaron canciones nominadas a los Grammy de los géneros country, rap, pop, rock y metal. Como era de esperar, la proporción vocal-música era mayor en el country, seguido del rap y el pop. La relación era cercana a cero para el rock y negativa para el metal. La cifra también fue mucho mayor para los artistas solistas que para las bandas. Los amplificadores de sonido se incluyeron restando el sonido del máximo de las voces principales, lo que hizo que algunos resultados fueran negativos.
“Los riffs de guitarra son una característica específica del rock y el metal, y las guitarras ocupan una posición tan importante como las voces”, explica el investigador Kai Siedenburg. Esta interpretación se confirmó calculando una cifra similar, a saber, la proporción de guitarras en comparación con el resto de instrumentos. En el caso del metal, esa cifra era casi tan alta como la proporción entre voces y música en la música pop.
Botón de volumen al 10
Así que varía bastante de un tipo de música a otra el volumen al que suenan los distintos instrumentos y el papel que desempeñan las voces en ello. Pero en el mayor género musical, la música pop, las voces se han vuelto relativamente más suaves con el paso de los años. En realidad, es bastante lógico. Antes no se podía amplificar bien una guitarra o un piano. Todo se grababa más acústicamente. Así que las voces salían por encima con relativa facilidad. Ahora, durante las grabaciones, pero también en directo, puedes subir el volumen del amplificador a tope y entonces apenas se oye la voz. También explica directamente por qué las letras han perdido tanta importancia en las últimas décadas: no importa tanto lo que se cante exactamente, porque de todos modos apenas se entiende.