El éxito de las hormigas: ¿cómo colonizaron todos los continentes?

Las hormigas están casi en todas partes y los científicos creen saber ahora cómo conquistaron el mundo

Hoy en día se pueden encontrar hormigas en todos los continentes, excepto en la Antártida. Y con ello han conquistado el mundo. Pero, ¿cómo ha ocurrido exactamente? Muy sencillo, según revela una nueva investigación: las hormigas simplemente corrieron tras las plantas en flor.

En todo el mundo hay más de 14 000 especies de hormigas. Y se calcula que juntas albergan más de 4000 billones de individuos. Son cifras estrambóticas que revelan que la expansión de la diminuta hormiga por ese vasto mundo es un enorme éxito. Pero, desde su aparición hace unos 140 millones de años, ¿cómo han conseguido exactamente las hormigas conquistar (casi) el mundo entero? La respuesta a esa pregunta puede leerse en la revista Evolution Letters. En la revista, los científicos revelan que la historia de éxito de las hormigas está estrechamente ligada a otra historia de éxito: la de las plantas con flores.

“Cuando uno echa un vistazo al mundo actual, ve que las hormigas habitan todo tipo de hábitats diferentes en casi todos los continentes”, argumenta el investigador Matthew Nelsen. “E incluso diferentes dimensiones de esos hábitats: algunas hormigas viven bajo tierra, otras en los árboles. Intentamos comprender cómo, descendiendo de un antepasado común, pudieron diversificarse y ocupar todos estos hábitats diferentes”.

Persiguiendo a las plantas con flores

Para ello, los investigadores no tuvieron que partir de cero. De hecho, investigaciones anteriores ya habían demostrado que tanto las hormigas como las plantas con flores (también llamadas angiospermas) se originaron hace unos 140 millones de años y también aumentaron simultáneamente en número y se extendieron (desde los bosques) a nuevos hábitats (abiertos). Esto ya sugería que la evolución de estos dos organismos completamente distintos estaba estrechamente relacionada. Nelsen y sus colegas tomaron esa idea como punto de partida y decidieron buscar pruebas de que la evolución de las hormigas fue pareja a la de las plantas con flores. 

“Usamos modelos para identificar dónde y cuándo empezaron las hormigas a explotar hábitats abiertos en su historia evolutiva”, explica Nelsen. “Luego pusimos junto a ellos estudios anteriores que utilizaban diversos métodos para describir la evolución de las plantas en esos hábitats”. La investigación demuestra que, en muchos de estos hábitats abiertos, las hormigas los colonizaron al mismo tiempo que las angiospermas o ligeramente después. “Así que, aunque los hábitats abiertos existieron durante mucho tiempo, vemos que las hormigas los explotaron ampliamente solo después de que las plantas con flores se trasladaran a ellos”, concluye Nelsen.

Hacia los árboles

Y así, las hormigas se extendieron gradualmente por todo el mundo. Hasta hace unos 60 millones de años, se aferraron a una vida subterránea en el proceso. Pero eso cambió en algunos hábitats; allí, las hormigas empezaron a subir a los árboles. Y, de nuevo, esto parece haber sido impulsado por un cambio que sus compañeras (las plantas con flores) estaban experimentando, dicen los investigadores. “Descubrimos que la transición de los nidos en el suelo a los nidos en los árboles se produjo alrededor o después del momento en que cambiaron las hojas de las plantas con flores”, explica Nelsen. “Algunas plantas de los bosques empezaron a ‘exhalar’ más vapor de agua a través de agujeros muy pequeños en sus hojas, con lo que el entorno se volvió mucho más húmedo, pareciéndose más a una selva tropical”. Y en esos ambientes más húmedos, algunas hormigas (como algunas ranas y serpientes, por lo demás) empezaron a refugiarse en los árboles.

Así, los investigadores demuestran de forma bastante convincente que la historia evolutiva (y la diversificación) de las hormigas está estrechamente ligada a la de las plantas con flores. Por supuesto, al principio se plantea la cuestión de por qué las hormigas fueron a por las plantas. “Hay varias formas en que las plantas con flores pueden ser beneficiosas para las hormigas”, argumenta Nelsen. “Por ejemplo, las plantas pueden proporcionar una fuente de alimento para las hormigas de diferentes maneras”. Por ejemplo, algunas plantas proporcionan a sus semillas un apéndice que puede servir de alimento a las hormigas y que también se denomina “hormiguero”. 

“Las hormigas cogen la semilla, se comen el hormiguero y vuelven a desechar la semilla”, explica Nelsen. Se trata de un método que, por cierto, vuelve a ser muy beneficioso para las plantas, ya que las hormigas ayudan así a las plantas a esparcir sus semillas. “Pero las hormigas también pueden verse favorecidas indirectamente por la presencia de plantas. Por ejemplo, porque las plantas a su vez sustentan a otros vertebrados que comen las hormigas. Además, la invasión de estas plantas con flores también puede haber aumentado la diversidad vegetal en hábitats abiertos, lo que de nuevo puede beneficiar a las hormigas”.

Implicaciones futuras

La investigación no solo aporta más datos sobre la historia evolutiva de las hormigas (y las plantas), sino que también tiene implicaciones para el futuro. “Las hormigas desempeñan un papel importante en el ciclo de los nutrientes, la adaptación del suelo y la estructuración de las comunidades vegetales en hábitats abiertos, por lo que una mejor comprensión de cuándo y cómo entraron en estos hábitats también podría proporcionar más información sobre los orígenes de estos servicios ecosistémicos y cómo las perturbaciones futuras podrían afectarlos (…) Los cambios en las comunidades vegetales (como vemos, por ejemplo, como resultado del cambio climático histórico y moderno) podrían, por ejemplo, tener un efecto de bola de nieve y afectar también a los animales y otros organismos que dependen de estas plantas”.

Porque ese, al menos en lo que respecta a Nelsen, sigue siendo el mensaje principal del estudio: difícilmente podemos sobrestimar el papel que las plantas desempeñan y han desempeñado en la Tierra. “Las plantas han cambiado el mundo y han influido en la ecología y la evolución de tantos grupos diferentes de organismos y vemos (en este estudio) un nuevo ejemplo de ello”.

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