Importante corriente oceánica se está ralentizando: peligroso para el océano

Se avecina un cambio climático en las aguas que rodean la Antártida, y lo vamos a notar en todo el mundo.

Como si se tratara de una película de ciencia ficción: Una importante corriente oceánica se está ralentizando actualmente, con profundos efectos en los ecosistemas marinos y el clima.

Hace ya tiempo, pero quizá recuerde la película “El día de después de mañana”. En ella, una corriente oceánica (circulación de vuelco meridional del Atlántico, AMOC) se detiene bruscamente. Y eso causa graves problemas. Ahora resulta que esta película de ficción podría convertirse (en parte) en realidad. Los investigadores predicen que una importante corriente oceánica en torno a la Antártida se ralentizará bruscamente en las próximas décadas, con consecuencias que se dejarán sentir en todo el océano durante siglos.

Corriente oceánica antártica

Además de la AMOC, existen varias corrientes oceánicas importantes. Una de ellas se encuentra en el hemisferio sur, cerca de la Antártida. El ciclo es el siguiente. Cada año, hasta 250 billones de toneladas de agua fría, salada y rica en oxígeno se hunden en el fondo cerca de la Antártida. A continuación, esta agua se propaga hacia el norte, transportando oxígeno a las profundidades de los océanos Índico, Pacífico y Atlántico, donde afecta al clima, al nivel del mar y a los ecosistemas marinos. 

“La circulación por la que el agua fría se hunde en las profundidades oceánicas en latitudes altas y luego regresa a la parte superior del océano en latitudes más bajas es una parte importante de la circulación oceánica mundial y del sistema climático”, explica el profesor John Church, afiliado a la Universidad de Nueva Gales del Sur. “Gracias a la corriente antártica, el carbono, el calor y los nutrientes se transportan por todo el planeta. Y eso, a su vez, afecta al clima global”. En resumen, “si los océanos tuvieran pulmones, la corriente oceánica antártica sería uno de ellos”, añade el investigador Matthew England.

Cualquier cambio en esta corriente oceánica antártica tendrá profundas consecuencias. Afortunadamente, se ha mantenido relativamente estable durante miles de años. Pero con el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, parece que nosotros mismos estamos desestabilizando esta importante corriente. En efecto, a medida que el clima se calienta, la capa de hielo de la Antártida se derrite a gran velocidad. Esto hace que una gran cantidad de agua de deshielo se mezcle con el agua salada de los océanos. Esto reduce la salinidad y cambia la densidad del agua. Y como la densidad disminuye, el agua se bombea a un ritmo cada vez más lento.

Ralentización en aumento

Los investigadores predicen que esta ralentización aumentará aún más en las próximas décadas. “Nuestros modelos muestran que si las emisiones globales de carbono continúan al ritmo actual, la corriente oceánica antártica se ralentizará más de un 40 % en los próximos 30 años”, afirma England. “Es posible incluso que la corriente se detenga por completo”.

Consecuencias en la vida marina

Una ralentización tan radical de esta corriente tendrá un enorme impacto en toda la vida marina. Y es que normalmente esta corriente se encarga de que los nutrientes vuelvan a las capas superiores del océano. Pero si la corriente se estanca o incluso se detiene por completo, las consecuencias serán de gran alcance. 

Se puede comparar con un corazón que deja de bombear. “Significaría que los nutrientes se quedan estancados en las profundidades del océano”, explica England. “Como resultado, habrá menos nutrientes disponibles para la vida marina que está cerca de la superficie”.

También tiene importantes implicaciones climáticas. Por ejemplo, los modelos muestran que una ralentización de la corriente oceánica antártica provocará un rápido calentamiento del océano profundo. “Las mediciones directas confirman que el calentamiento del océano profundo ya está en marcha”, afirma Steve Rintoul, coautor del estudio.

Advierten los investigadores

En conjunto, el estudio de los investigadores demuestra que el cambio climático no solo está provocando la subida del nivel del mar. El deshielo acelerado de la capa de hielo de la Antártida también tiene implicaciones importantes para corrientes oceánicas muy importantes que regulan el clima de la Tierra. Por ello, el equipo advierte de las grandes implicaciones de estos cambios para la salud de los ecosistemas marinos. Además, lo peor está aún por llegar. 

De hecho, se prevé que el deshielo de las capas de hielo de la Antártida y Groenlandia se acelere a medida que el planeta siga calentándose. Y cuanto más hielo se derrite, más lentamente bombea agua la corriente oceánica antártica. Los profundos cambios en la forma en que el calor, el oxígeno, el carbono y los nutrientes se transportan a través de los océanos tendrán, por tanto, un importante impacto negativo en los océanos en los próximos siglos.

En resumen, los investigadores muestran en su estudio que es probable que la corriente oceánica antártica se debilite cada vez más en las próximas décadas y fluya alrededor de un 40 % más despacio en 2050. Cómo se comportarán los océanos después de 2050 es ahora una cuestión de conjeturas. “Pero parece casi seguro que si continuamos con nuestras elevadas emisiones de gases de efecto invernadero, se producirán impactos aún mayores en el sistema oceánico y climático”, afirma Church. Según él, el mundo necesitará, por tanto, reducir urgentemente las emisiones para evitar el inminente escenario de el día después de mañana.

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