Estudio revela que ninguna especie está a salvo de contaminación por PFAS

Estudio revela lo que ya sabíamos, ningún ser vivo está libre de la contaminación por PFAS

Este nuevo estudio confirma lo que muchos investigadores ya temían: ningún ser vivo en la faz de la Tierra está ya a salvo del azote de nuestra propia contaminación.

Desde el oso polar, que vive en lo más recóndito del Ártico hasta la tortuga carey de los trópicos, se han encontrado hasta cientos de animales con sustancias tóxicas PFAS, también conocidas como sustancias químicas perennes, en su sangre. Es una noticia preocupante. “Significa que las especies más amenazadas del mundo se enfrentan a otro peligro: la contaminación con PFAS”, ha declarado el investigador Nathan Donley.

Más sobre los PFAS

Las sustancias PFAS (abreviatura de poli- y perfluoroalquilos) son sustancias artificiales que no se dan de forma natural en el medio ambiente. Ejemplos de PFAS son el PFOA, el PFOS y el GenX. Los PFAS se incluyen en muchos productos (domésticos) porque tienen algunas propiedades útiles. Entre otras cosas, repelen el agua, la grasa y la suciedad, por lo que se utilizan, por ejemplo, en envases de alimentos, lubricantes, espumas contra incendios y revestimientos antiadherentes de sartenes, ropa, textiles y cosméticos.

El análisis muestra que al menos 330 especies silvestres están contaminadas con PFAS. Entre ellas figuran muchas especies de peces, aves, reptiles, ranas, caballos y gatos. Los investigadores encontraron hasta 120 sustancias PFAS únicas. También se encontraron animales infectados en todos los continentes, excepto en la Antártida. Por cierto, esto no significa que los animales que viven allí estén a salvo: simplemente carecen de resultados en las pruebas. “Este nuevo análisis demuestra que cuando se analizan las especies en busca de PFAS, se detectan estas sustancias químicas”, afirma el investigador David Andrews.

Tóxico para seres humanos y animales 

Los PFAS pueden parecer sustancias útiles. Pero, al mismo tiempo, también suponen una gran amenaza. Los científicos han expresado con frecuencia su preocupación por estas sustancias. Esto se debe a que son tóxicas para los seres humanos y los animales. Las sustancias químicas se encuentran en la sangre de casi todo el mundo, incluidos los recién nacidos. Dosis muy bajas en el agua potable también se han relacionado con el deterioro del sistema inmunitario y la función de las vacunas, así como con un mayor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. Además, las sustancias se asocian con un aumento del colesterol, problemas reproductivos y de desarrollo y otras afecciones de salud.

Muy extendido en el medio ambiente

Pero las sustancias no solo afectan negativamente a nuestra salud. De hecho, como muestra este estudio, también acaban muy extendidas en el medio ambiente. Principalmente, llegan al agua a través de las emisiones de las fábricas que producen o utilizan estas sustancias. También pueden entrar en el medio ambiente a través del uso de algunos productos que contienen PFAS, como espumas contra incendios, agentes impregnantes textiles, lubricantes, o cuando los productos que contienen PFAS acaban en los residuos.

Se acumulan en la cadena alimenticia

Es muy alarmante. Esto se debe a que los compuestos no se descomponen de forma natural (de ahí el sobrenombre de químicos eternos), por lo que se acumulan en la cadena alimentaria, lo que los convierte en altamente contaminantes. “Estamos contaminando la red de vida de la que dependemos para nuestra propia existencia”, afirma Donley. “Es bastante irónico que muchas especies que están a punto de extinguirse estén llenas de ‘sustancias químicas eternas’ sintéticas diseñadas para no degradarse nunca”.

Es solo la punta del iceberg

Que más de 300 especies animales estén contaminadas con PFAS ya es alarmante. Pero, según los investigadores, esto es solo la punta del iceberg. El verdadero problema es probablemente mucho mayor. Porque puede que ahora no haya ningún lugar en la Tierra que no esté contaminado con estas sustancias químicas tóxicas. “Todavía hay innumerables lugares y especies en todo el mundo que probablemente estén contaminados, pero que aún no han sido analizados”, afirma el investigador Ken Cook. Los investigadores prevén, por tanto, que casi todas las especies de la Tierra han estado ya expuestas a estas sustancias. “La contaminación con PFAS es un problema mundial”, prosigue Cook. “Nuestro estudio es solo el principio”.

Llamamiento a la acción

Debido a los riesgos para la salud asociados a la exposición a PFAS, es importante minimizar la exposición siempre que sea posible. Por ello, los investigadores hacen un llamamiento a la acción. Para empezar, subrayan la necesidad de detener los vertidos industriales de PFAS. “Durante décadas, los contaminadores han vertido impunemente muchas sustancias PFAS en el aire, los ríos, los arroyos, los lagos y las bahías”, afirma el investigador Scott Faber. “Esto es inaceptable. Debemos hacer todo lo posible para cerrar el grifo”.

Qué puedes hacer tú

También podemos hacer algo nosotros mismos. De hecho, como consumidor, puede buscar productos sin PFAS. Por ejemplo, varias marcas ofrecen ahora productos que no contienen PFAS. En lugar de utilizar una sartén con revestimiento antiadherente o de PTFE (más conocido como teflón), puede optar por utensilios de cocina de hierro fundido o cerámica. ¿Tiene curiosidad por saber qué marcas ya no emplean PFAS en sus productos? Consulte la lista aquí.

En definitiva, los investigadores demuestran que la contaminación de la fauna y la flora por PFAS es una amenaza mundial, pero que dista mucho de ser inevitable. “Contaminar nuestro mundo con PFAS es una elección”, afirma Donley. “Y porque es una elección, también tenemos el poder de detenerla. Este es el momento de decidir si queremos que nuestros hijos y nietos crezcan en un mundo lleno de vida o en un mundo lleno de contaminación.”

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