¿Por qué las algas podrían ser el alimento del futuro?

Las algas podrían ser el alimento del futuro

Son dos pájaros de un tiro: las algas no solo pueden satisfacer las necesidades alimentarias, sino también reducir nuestra huella de carbono al mismo tiempo. Por ello, los investigadores defienden la necesidad de invertir más en esta industria infravalorada.

En la actualidad, la agricultura terrestre constituye la columna vertebral del sistema mundial de producción de alimentos. Pero no por mucho tiempo, si depende de los investigadores estadounidenses. En un artículo de opinión, abogan por aumentar el “cultivo de algas”. “El potencial de las microalgas marinas para producir alimentos humanos sostenibles es enorme”, afirma la investigadora Celina Scott-Buechler.

Alimentos

Actualmente, viven en la Tierra unos 7700 millones de personas. Pero la cosa no se queda ahí. Cada día, esta cifra aumenta en aproximadamente 227 000 personas. Así que la población mundial está aumentando a una velocidad vertiginosa. Se prevé que nuestra tierra tenga unos 8500 millones de habitantes en 2030. Y para el año 2050, es probable que sea de unos 10 000 millones. Una cuestión apremiante es si conseguiremos alimentar a todas esas bocas. No es incomprensible que la escasez de alimentos sea inminente.

Aumentar la producción

Aumentar la producción agrícola y pesquera para satisfacer las necesidades de los consumidores puede parecer una solución, pero está lejos de ser deseable. De hecho, actualmente ya están agotados. Por lo tanto, expandirse aún más tiene consecuencias negativas no solo para el clima, sino también para el uso de la tierra, los recursos de agua dulce y la biodiversidad. “Con una población mundial de casi 10 000 millones de personas y un sistema alimentario ineficiente que ya está fallando, hay una enorme necesidad de fuentes sostenibles y ampliables de alimentos de alta calidad”, dijo Scott-Buechler.

Las algas

En un artículo de opinión, ella y sus colegas proponen una solución viable y sostenible: las microalgas marinas. Según los investigadores, deberíamos pasar de la agricultura terrestre a los sistemas de acuicultura de algas, organismos repletos de proteínas, aminoácidos esenciales, vitaminas y antioxidantes.

Opciones

“Las proteínas son uno de los macronutrientes más importantes”, explica Scott-Buechler. “Por desgracia, falta en muchas dietas. Las microalgas marinas, sin embargo, son ricas en proteínas y omega-3”. Por ello, las algas pueden ser una buena opción vegetariana: al igual que la carne, contienen proteínas, hierro y vitamina B1. Además, las algas contienen fibra y vitamina C, por lo que también pueden acabar en tu plato como verduras. “Las microalgas también pueden convertirse en polvos proteicos sin sabor ni color”, sugiere Scott-Buechler. “Estos pueden volver a incorporarse a los alimentos, como el pan o los cereales del desayuno”. Así que hay muchas oportunidades. “Gran parte del trabajo sobre la alimentación sostenible se centra en el cambio de las dietas”, dice Scott-Buechler. “Pero modificar los alimentos existentes es quizás una forma más accesible”.

Poco necesario

Lo más ventajoso de la producción de algas es que se necesita muy poco para cultivarlas. “La producción no requiere tierra cultivable y muy poca agua dulce”, explica Scott-Buechler. “Por tanto, no compite con la agricultura tradicional”. Además, algunos fertilizantes que los agricultores utilizan en tierra, como el abono, suelen llegar a los ecosistemas marinos. Sin embargo, como las algas se cultivan en sistemas cerrados, no contaminan la naturaleza y la escorrentía puede recogerse fácilmente e incluso reutilizarse.

Cultivo de algas

¿Cómo se cultivan exactamente las algas? “Esto se hace principalmente en grandes estanques costeros o en grandes tubos, también llamados ‘fotobiorreactores’”, explica Scott-Buechler cuando se le pregunta. “A veces se emplea una combinación de ambos. Los sistemas de acuicultura que usan microalgas son, en cierto modo, similares a los mucho más conocidos en tierra firme, donde el agua del océano se bombea a cuencas para criar una especie deseada de peces”. Por cierto, en el caso de las microalgas, esto produce una hermosa imagen. “Lo que personalmente me encanta del cultivo de algas es que cada especie tiene un color ligeramente diferente”, explica Scott-Buechler. “Esto hace que los estanques se coloreen en todos los tonos del arcoíris, desde el azul al verde y desde el rojo al amarillo”.

Es prometedor. Así, las algas nos permiten alimentar de forma sostenible las bocas del futuro. “La agricultura animal tiene como objetivo principal proporcionar proteínas a la población mundial, pero es una de las mayores amenazas para la sostenibilidad global”, afirma Scott-Buechler. “Las microalgas son una alternativa ecológica. Además, también contienen muchos otros nutrientes esenciales de los que a menudo carecen las proteínas vegetales”. En resumen, la ampliación del cultivo de algas podría ser una buena forma de producir alimentos nutritivos y sostenibles. Las algas no solo pueden satisfacer las necesidades nutricionales, sino también reducir nuestra huella ecológica al mismo tiempo.

Inversión

En definitiva, la ampliación del cultivo de algas parece una apuesta arriesgada. Es una fuente de alimento que nos sacia sin sobrecargar el planeta. Sin embargo, también hay algunos inconvenientes. “El cultivo de microalgas es actualmente muy caro”, explica Scott-Buechler. “Así que se necesitan grandes inversiones, investigación y desarrollo para reducir los costes. Solo entonces podrá competir dignamente con las múltiples formas de agricultura y pesca terrestres y representar una solución escalable y accesible.”

Vientos en contra financieros

Según Scott-Buechler, el cultivo de algas está experimentando actualmente importantes “vientos en contra financieros”. Tiene que desafiar a las industrias existentes para ganar cuota de mercado. Aunque las microalgas podrían ser una prometedora fuente de alimentos en el futuro, el investigador teme que, sin inversión, sigan siendo un producto de nicho a corto plazo. “La inversión financiera y los incentivos de mercado de los gobiernos estatales y federales pueden ayudar a nivelar las condiciones”, sugieren los investigadores. “El futuro papel de las algas como respuesta para lograr la seguridad alimentaria mundial y la sostenibilidad medioambiental dependerá de las medidas que tomen los gobiernos hoy”.

Los investigadores esperan que su estudio estimule nuevas investigaciones sobre las microalgas como fuente de alimentación sostenible. Porque, aunque en la actualidad el sector está poco valorado, dicen que los beneficios llegan lejos. Por ejemplo, las microalgas marinas podrían ayudar a cerrar la esperada brecha nutricional, al tiempo que mejorarían la sostenibilidad medioambiental general, así como la salud de los océanos. En resumen, aunque las algas se consumen poco en la actualidad, son fuentes de alimentación muy respetuosas con el clima y llenas de buenos nutrientes. Y quién sabe, con el tiempo, las algas podrían conquistar la industria alimentaria. ¿Está convencido?

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