Las infecciones por hongos son cada vez más frecuentes y causan muchas molestias. Por eso es importante saber de dónde vienen. Los científicos creen ahora que los roedores son "reservorios de hongos propagadores de enfermedades".
Las infecciones por hongos se presentan en todas las formas y tamaños: en la piel en forma de círculos rojos o manchas blancas, la dermatitis del nadador y la candidiasis son ejemplos claros. Los hongos también pueden causar o empeorar el asma u otras afecciones respiratorias. En un nuevo estudio, los científicos encontraron hongos en el tejido pulmonar de los roedores. Creen que estos animales actúan como reservorios de los hongos y que, por tanto, pueden propagarlos.
Fiebre del Valle potencialmente mortal
"Nuestro análisis, que se centró específicamente en los patógenos pulmonares que causan enfermedades en los seres humanos, reveló una amplia gama de hongos en el tejido pulmonar de los pequeños mamíferos", dice el investigador principal, Paris Salazar-Hamm, de la Universidad de Nuevo México. "Descubrimos que muchos de los roedores que estudiamos en el suroeste de Estados Unidos son portadores del tipo de hongo que puede causar infecciones pulmonares en los seres humanos. Entre otras cosas, encontramos el hongo que provoca la Fiebre del Valle, una enfermedad con síntomas similares a los de la gripe que puede ser mortal".
Más infecciones por hongos
En los últimos 40 años, se han encontrado muchos más patógenos (virus, bacterias u otros microorganismos causantes de enfermedades) en los seres humanos. Al igual que el coronavirus, muchos hongos han saltado de los animales a los humanos. De este modo, las enfermedades fúngicas podrían convertirse en subvariantes que se propaguen aún más rápido y tengan un mayor impacto en los seres humanos.
Esto hace que sea aún más importante rastrear la procedencia de los hongos. "Queríamos averiguar si las esporas de los hongos de las enfermedades respiratorias están en el suelo, donde se alimentan de las plantas muertas, o si, por el contrario, viven en pequeños animales y sus esporas acaban en el suelo después de que los roedores mueran", explica Salazar-Hamm.
Nuevas investigaciones sobre el ADN
Los investigadores utilizaron la secuenciación masiva en paralelo para analizar rápidamente el ADN de un gran número de hongos en el tejido pulmonar de roedores muertos. Es la primera vez que se emplea esta forma de secuenciación. Descubrieron el hongo Coccidioidomicosis, también conocido como fiebre del polvo, en el tejido pulmonar de roedores de varias zonas de EE. UU. donde la fiebre del valle, como se llama allí la enfermedad, es común. El hongo también se ha encontrado en regiones donde el patógeno era desconocido anteriormente, lo que posiblemente significa que se está extendiendo. "Nuestros resultados apoyan la hipótesis de que los roedores pueden ser un caldo de cultivo para los hongos patógenos, que causan enfermedades respiratorias", dijeron los investigadores, cuyo estudio fue publicado en Frontiers in Fungal Biology.
Cambio climático
Los resultados del estudio permiten conocer la probabilidad de que las personas contraigan la enfermedad en una región determinada. "Se espera que la Fiebre del Valle se extienda significativamente hacia el norte y el este durante el próximo siglo debido al cambio climático. De este modo, nuestros resultados añaden una valiosa información sobre la medida en que los roedores sirven de propagadores y reservorios de patógenos", explica Salazar-Hamm.
Sanidad animal
En un estudio de seguimiento, los investigadores quieren averiguar hasta qué punto la salud de los roedores afecta a la propagación y gravedad de las enfermedades. "No pudimos evaluar la salud de los animales cuyos tejidos pulmonares recibimos, a pesar de que los patógenos estaban claramente presentes en sus cuerpos", dice el investigador. "Es interesante seguir investigando el impacto de los hongos en los mamíferos. Para ello, se necesita información más detallada sobre la salud general de los animales".
Cuanto más se sepa sobre la propagación de los hongos a través de los animales, mejor se podrá combatir el problema. Así, el aumento del número de infecciones fúngicas en el ser humano podría frenarse en el futuro.