El cambio climático también afecta al aire que respiramos

El cambio climático ya afecta la calidad del aire que respiramos

Los científicos temen que un número creciente de olas de calor e incendios forestales deterioren aún más la calidad del aire, perjudicando la salud humana y los ecosistemas.

Sabemos que el clima y la calidad del aire están relacionados. Los cambios en uno de ellos conducen inevitablemente a cambios en el otro. Y en la actualidad, la creciente cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera está afectando significativamente a la calidad del aire. Esto puede tener consecuencias de gran alcance, como demuestra un nuevo informe de la Organización meteorológica mundial (OMM). Por ejemplo, cientos de millones de personas podrían respirar un aire más sucio este siglo, lo que perjudicaría la salud humana y los ecosistemas.

Informe

El nuevo informe de la OMM describe el estado de la calidad del aire y su estrecha relación con el cambio climático. En particular, el informe se centra en el impacto de los incendios forestales. Al igual que en 2020, las condiciones extremadamente cálidas y secas de 2021 provocaron incendios devastadores, incluso en Siberia, Canadá y el oeste de Estados Unidos. Durante estos intensos incendios, se produjo una gran cantidad de humo. Y en este humo se encuentran las partículas PM2.5 (partículas ultrafinas y hollín con un diámetro de 2,5 micrómetros o menor) que se sabe que son perjudiciales para los seres humanos y el medioambiente.

Más información sobre las PM2,5

El polvo fino PM2,5 se libera durante la combustión de combustibles fósiles, como la gasolina, el gasóleo y otros combustibles como el carbón, el petróleo y la biomasa, pero también durante los devastadores incendios forestales. Cuando se libera durante los incendios forestales, es incluso más tóxico que cuando se expulsa al aire durante los incendios urbanos. Esto tiene que ver con la composición química, el menor tamaño de las partículas y las altas temperaturas correspondientes. Es preferible no inhalar estas finas partículas. Se sabe que tienen graves consecuencias para la salud. Están relacionados con varios problemas de salud graves, como enfermedades cardíacas y pulmonares, cáncer y problemas respiratorios. Incluso la exposición a corto plazo a las PM.2.5 puede causar asma, ataques cardíacos, derrames cerebrales, deterioro de la función pulmonar, ingresos hospitalarios y muerte prematura.

Los investigadores descubrieron que los devastadores incendios forestales provocaron concentraciones de PM2,5 anormalmente altas. De hecho, las concentraciones de PM2,5 en el este de Siberia alcanzaron niveles nunca antes medidos. Según el equipo, esto se debió principalmente al aumento de las altas temperaturas y a la sequedad del suelo. También en el oeste de América del Norte, las concentraciones de PM2,5 aumentaron muy por encima de los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud.

Futuro

Esto puede ser solo la punta del iceberg. Según el informe recién publicado, el aire que respiramos estará más contaminado a medida que aumenten la frecuencia, la intensidad y la duración de los incendios forestales, espoleados por el cambio climático. De hecho, se prevé que la probabilidad de que se produzcan incendios devastadores (similares a los ocurridos en el centro de Chile en 2017, en Australia en 2019 y en el oeste de Estados Unidos en 2020 y 2021) aumente entre un 40 % y un 60 % a finales de siglo en un escenario de altas emisiones y entre un 30 % y un 50 % en el escenario de bajas emisiones.

Calidad del aire

Esto es una mala noticia para la calidad del aire. Significa que respiraremos más partículas nocivas. "A medida que la Tierra se calienta, se espera que los incendios forestales y la contaminación atmosférica asociada aumenten, incluso en el escenario de bajas emisiones", concluye Petteri Taalas, secretario general de la OMM. "Además del impacto en la salud humana, esto también afectará a los ecosistemas, ya que los contaminantes del aire se depositan desde la atmósfera en la superficie de la Tierra". La calidad del aire, por tanto, afecta a su vez a la salud de los ecosistemas a través de un proceso llamado "deposición atmosférica", en el que los contaminantes del aire llueven desde la atmósfera hasta la superficie de la Tierra. La liberación de nitrógeno, azufre y ozono, por ejemplo, tiene un impacto negativo en la calidad del agua, la biodiversidad, el secuestro de carbono e incluso el rendimiento de los cultivos (véase también el vídeo más abajo).

Ozono

De hecho, el ozono también puede ser perjudicial para los seres humanos. En la estratosfera, el ozono proporciona una importante protección contra los rayos ultravioleta cancerígenos, pero más cerca del suelo es muy peligroso. Sin embargo, si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando, los investigadores prevén que las concentraciones de ozono también lo hagan, sobre todo en Asia. Esto incluye un aumento del 20 % en Pakistán, el norte de la India y Bangladesh, y un 10 % en el este de China. La mayor parte del aumento del ozono provendrá de las emisiones procedentes de la quema de combustibles fósiles. Sin embargo, los investigadores advierten que alrededor de una quinta parte de este aumento se debe al cambio climático, especialmente a las olas de calor. Por lo tanto, las olas de calor, que serán más frecuentes en un mundo que se calienta, también pueden provocar un deterioro de la calidad del aire.

El informe subraya la necesidad de una responsabilidad y una acción colectivas. Según los investigadores, es necesaria la cooperación internacional y regional para hacer frente a la contaminación atmosférica. La reducción de nuestras emisiones sigue desempeñando un papel fundamental. Solo así podremos frenar el cambio climático, reducir el riesgo de olas de calor extremas e incendios forestales asociados y mejorar la calidad del aire.

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