Un fenómeno único en la astronomía: científicos civiles han descubierto un sistema solar extremadamente brillante formado por nada menos que tres grandes estrellas que orbitan entre sí.
Dos astrónomos profundizaron en los datos del telescopio y descubrieron poco a poco el origen del trío de estrellas. La galaxia recién descubierta está formada por dos estrellas que orbitan rápidamente entre sí y una estrella más pesada que orbita alrededor de este par. "Por lo que sabemos, es la primera vez que se descubre algo así", afirma el astrónomo Alejandro Vigna-Gómez, de la Academia Internacional Niels Bohr (NBIA).
Triplete
"Conocemos muchas galaxias formadas por tres estrellas, pero estas estrellas son normalmente mucho más pequeñas. Las estrellas masivas de este triplete están muy juntas. Es un sistema compacto", explica Vigna-Gómez.
El período orbital de la pareja central es de unas 24 horas, más o menos el mismo tiempo que la rotación de la Tierra alrededor del Sol. La masa combinada de estas estrellas es 12 veces la de nuestro sol.
Deslumbrante
La tercera estrella del sistema es, con mucho, la mayor de las tres. Con una masa de unos 16 soles, brilla por encima del resto. Esta estrella orbita el par de estrellas seis veces al año. Son velocidades inmensas, teniendo en cuenta el tamaño de estos cuerpos celestes.
La galaxia especial, que está cerca de la constelación de Casiopea, emite mucha luz. Por este motivo, los astrónomos pensaron en un primer momento que TIC 470710327 estaba formado por dos estrellas, pero un grupo de astrónomos aficionados llegó a una conclusión diferente tras examinar un conjunto de datos.
Astrónomos aficionados
Estos científicos ciudadanos son sorprendentemente profesionales. Se asociaron para examinar un conjunto de datos públicos del observatorio TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite) de la NASA, y surgió algo notable: al final, resultó no ser una binaria, sino un sistema terciario.
Volver al pasado
Hay varias formas en las que esta galaxia distinta podría haber tomado su forma actual. He aquí tres escenarios que los científicos consideraron:
- La estrella más grande se formó primero y luego el par más pequeño. Esta opción es poco probable, porque esta estrella expulsa todo tipo de material al espacio en sus años más jóvenes. Esto se interpone en la formación de las estrellas más pequeñas.
- El dúo y la tercera estrella se formaron lejos el uno del otro, pero se encontraron por casualidad, de modo que bajo la influencia de la gravedad nació un sistema conjunto.
- O bien había dos dúos de estrellas cercanas entre sí, y luego uno de los dúos se fusionó en una sola estrella grande.
Simulación por ordenador
Tras el descubrimiento del sistema terciario, los investigadores del NBIA, el mexicano Vigna-Gómez y el chino Bin Liu, realizaron una simulación informática basada en los escenarios anteriores y la ejecutaron 100 000 veces. De este modo, se calculó el escenario más lógico.
El resultado fue claro: lo más probable es que al principio hubiera dos parejas de estrellas y que más tarde se convirtiera en una pareja galáctica con una estrella gigantesca orbitando a su alrededor.
Modelo y observación
"Ahora tenemos un modelo y la causa más probable para la formación de esta galaxia única. Pero un modelo no es suficiente. Hay dos maneras de probar o refutar nuestra teoría de la formación", dice Alejandro. "Podemos empezar a estudiar la galaxia muy de cerca o podemos bucear más en los conjuntos de datos de las poblaciones estelares y realizar un extenso análisis estadístico".
"Para ello necesitamos la experiencia de los astrónomos. Es posible que tengamos que examinar más detenidamente ciertos sectores y analizar los datos de los nuevos telescopios. Ya hemos hecho observaciones de prueba, pero aún queda mucha información por delante. También hay que tener cuidado de interpretar los datos correctamente", explica el mexicano.
"Nos encanta que los científicos ciudadanos busquen con nosotros, en lo más profundo de los datos. Es muy posible que haya más sistemas solares compactos como este ocultos. Nos gustaría saber más al respecto", explica Bin Liu.
Se busca telescopio
Los investigadores aún tienen mucho trabajo por hacer. "Estamos buscando un telescopio adecuado que tenga tiempo para buscarnos. Esto puede ser en cualquier parte del mundo. Además, nos gustaría mucho ponernos en contacto con un astrónomo experto en el campo de la observación. Lo que se ve a través de un telescopio no se puede entender inmediatamente. Para sacar las conclusiones correctas, tenemos que interpretar los datos", afirma el científico chino.
Vigna-Gómez siente que el espíritu de Niels Bohr recorre su colaboración: "Un chino y un mexicano, cada uno con su propia experiencia en astronomía, se reúnen en el Instituto Niels Bohr y trabajan juntos para obtener nuevos conocimientos científicos".