Científicos crean piel para robots a partir de células humanas

Consiguen reproducir una piel de robot con semillas humanas

Es un primer paso hacia los robots que en el futuro se parecerán a las personas.

Muchos de los robots existentes tienen características humanas. Piensa en brazos, piernas y una cara. Sin embargo, estos robots no se parecen a nosotros. Esto se debe principalmente a que suelen ser de metal. Sin embargo, en un nuevo estudio, los investigadores demuestran que se puede hacer de otra manera. Para ello, recubrieron un dedo robótico con células humanas, lo que le dio un aspecto extrañamente similar al de nuestros propios dedos.

Hacer que parezcan reales

Hacer que los robots "parezcan reales" es una prioridad importante para los investigadores que construyen los llamados robots humanoides. Estos robots suelen tener una forma corporal similar a la de un ser humano, pero siguen siendo claramente reconocibles como un robot en la actualidad. La intención es que los robots humanoides se comuniquen cada vez más con las personas, por ejemplo en la asistencia sanitaria o en el sector de los servicios. Y se espera que una apariencia humanoide pueda mejorar esta comunicación y evocar más simpatía.

Piel para robot

Una manera de hacer que un robot parezca más "real" es, por supuesto, darle piel humana. Aunque la piel de silicona que se fabrica actualmente para los robots imita razonablemente la apariencia humana, se queda corta cuando se trata de texturas delicadas como las arrugas. "Desde la distancia, esa piel puede parecer real", dijo el investigador Shoji Takeuchi. "Pero cuando te acercas, puedes ver claramente que es artificial".

Células humanas vivas

Por ello, el investigador japonés decidió fabricar una piel robótica a partir de células humanas vivas. Al fin y al cabo, ¿cómo acercarse a la realidad que utilizando el propio tejido que poseemos? "La única forma de dar a un robot la apariencia de un ser humano es cubrir su cuerpo con la misma piel", argumenta Takeuchi. "Es decir, células vivas".

Para crear la piel, el equipo sumergió primero un dedo robótico en un cilindro lleno de una solución de colágeno y fibroblastos humanos; los dos componentes principales que forman el tejido conectivo de la piel. A continuación, los investigadores añadieron a la mezcla queratinocitos humanos, el tipo de célula que compone nuestra epidermis. Como resultado, la piel se conecta sin problemas con el dedo del robot.

Dedo de robot sudoroso

El resultado es un dedo robótico que hace ruidos mecánicos al moverse hacia arriba y hacia abajo, pero que al mismo tiempo tiene un aspecto extraordinariamente humano. "El dedo parece un poco 'sudoroso' directamente desde el medio de cultivo", dice Takeuchi. La piel procesada tiene una fuerza y una elasticidad considerables. De este modo, la piel robótica permaneció completamente intacta mientras se enroscaba y estiraba (véase también el vídeo siguiente).

Repelente al agua y autocurativo

El dedo del robot no solo tiene una textura similar a la de la piel, sino que también repele el agua y se autorrepara. Estas dos características demuestran que los investigadores han conseguido ajustarse a la realidad. "El hecho de que la piel de nuestro robot repela el agua demuestra que se ha formado una epidermis", explica Takeuchi. Además, estas dos características ofrecen diferentes ventajas a la hora de realizar tareas específicas. Si un robot fuera "herido", la piel puede repararse por sí misma, con una pequeña ayuda de una especie de "parche" de colágeno, al igual que nuestra propia piel. "Así, un robot puede repararse a sí mismo si se daña ligeramente durante su uso", dijo Takeuchi.

Positivamente sorprendido

Los investigadores están positivamente sorprendidos por su propia creación. "Estamos especialmente satisfechos con lo bien que el tejido de la piel rodea la superficie del robot", afirma Takeuchi. "Este trabajo es solo un primer paso. Pero demuestra que el tejido de la piel viva puede utilizarse como "revestimiento" de los robots. Por tanto, hemos demostrado que hemos encontrado una forma de hacer que los robots parezcan más humanos, equipados con una piel robótica que también se autocura."

Mejoras

Sin embargo, los investigadores aún no han llegado a ese punto. Por ejemplo, la piel desarrollada es mucho más débil que nuestra propia piel. "No hemos creado una circulación sanguínea en la piel", explica Takeuchi. "Esto significa que la piel no dura mucho tiempo después de ser retirada del medio de cultivo. En este momento, estamos ocupados tratando de encontrar la manera de añadir una corriente sanguínea". Además, los investigadores quieren que su dedo robótico parezca aún más real. "Queremos desarrollar una piel más refinada con funciones específicas para la piel", continúa Takeuchi. "Queremos conseguirlo imitando diferentes detalles de la piel, como las neuronas sensoriales, los folículos pilosos, las uñas y las glándulas sudoríparas. Un próximo paso desafiante sería ampliar nuestro método actual para poder cubrir partes del cuerpo más grandes".

Ética

Aunque Takeuchi y su equipo han dado un paso importante, aún falta mucho para que los robots humanoides estén realmente entre nosotros en la vida cotidiana. Pero la cuestión es, que tan ético es construir robots que se parezcan a los humanos. ¿Hasta dónde puedes llegar? "Este es un tema candente en la ética de los robots", dice Takeuchi cuando se le pregunta. "Dado que este campo de investigación tiene el potencial de crear una nueva relación entre humanos y robots, nos gustaría explorar la dirección correcta de la investigación, entablando un diálogo sincero con el público en general".

A pesar de ello, Takeuchi cree que si en el futuro surgen robots muy parecidos a nosotros, su tecnología podría desempeñar un papel valioso. "Pienso que una piel viva es la solución definitiva para dar a los robots el aspecto y el tacto de los seres vivos", afirma. Pero las implicaciones de su estudio van más allá. "La tecnología de esta investigación también puede utilizarse en otros sectores en los que la capacidad de restauración y las propiedades similares a las humanas son importantes", continúa Takeuchi. "Pensemos, por ejemplo, en el desarrollo de cosméticos, productos farmacéuticos para la piel y cuero cultivado. Por último, incluso podría ser útil en la medicina regenerativa como material de trasplante".

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