La principal arma en la lucha contra el cambio climático resulta producir enormes cantidades de azúcar

Los pastos marinos también parecen producir toneladas de azúcar

En todo el mundo hay un millón de toneladas de sacarosa escondidas bajo los pastos marinos, ¡suficiente para 32 000 millones de latas de Coca-Cola!

Los pastos marinos forman exuberantes praderas verdes en muchas zonas costeras del mundo. Y también son vitales. No solo mantienen una buena calidad del agua y dan cobijo a una gran variedad de animales, sino que también almacenan mucho carbono, lo que las convierte en un arma importante en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, un nuevo estudio demuestra que no lo sabíamos todo sobre estas plantas esenciales. Los científicos han descubierto que las hierbas marinas producen grandes cantidades de azúcar.

¿Sabias qué?

Un kilómetro cuadrado de hierba marina almacena casi el doble de carbono que un bosque del mismo tamaño en tierra... Y lo hace 35 veces más rápido.

Los investigadores han dado con algunos puntos muy dulces en el mar. Porque en el nuevo estudio descubrieron que las hierbas marinas tienen enormes cantidades de azúcar, sobre todo en forma de sacarosa.

Azúcar

Las concentraciones de azúcar en el suelo que rodea las raíces de las hierbas marinas (también conocido como rizosfera) son al menos 80 veces más altas que en otros entornos marinos, revela el equipo. "Para ponerlo en perspectiva, calculamos que en todo el mundo hay entre 0,6 y 1,3 millones de toneladas de azúcar, principalmente en forma de sacarosa, en la rizosfera de las praderas marinas", explica el investigador Manuel Liebeke. "¡Eso es aproximadamente comparable a la cantidad de azúcar que contienen 32 000 millones de latas de Coca-Cola!"

Fotosíntesis

¿Por qué los pastos marinos vierten tanto azúcar? "Las hierbas marinas producen azúcar durante la fotosíntesis", explica la investigadora Nicole Dubilier. "En condiciones de luz medias, estas plantas utilizan la mayor parte de los azúcares que producen para su propio metabolismo y crecimiento. Pero en condiciones de mucha luz, por ejemplo al mediodía o en verano, las plantas producen más azúcar de la que emplean o almacenan. Luego liberan el exceso de sacarosa en su rizosfera".

Microorganismos

Es sorprendente que esta montaña de azúcar se mantenga en su lugar. Normalmente, los microorganismos consumen rápidamente cualquier azúcar libre en su entorno. A los microbios les encanta el azúcar: es fácil de digerir y está lleno de energía. La pregunta, entonces, es ¿por qué toda la sacarosa que se esconde bajo los exuberantes pastos marinos no es consumida por la gran comunidad de microorganismos que residen en la rizosfera?

Fenoles

"Hemos tardado mucho tiempo en responder a esa pregunta", nos dice la investigadora Maggie Sogin. "Lo que finalmente comprendimos es que las hierbas marinas (como muchas otras plantas) excretan y liberan compuestos fenólicos en sus sedimentos". Puede que los fenoles le resulten familiares. El vino tinto, el café y la fruta, por ejemplo, están llenos de fenoles y mucha gente los toma también como complementos alimenticios. Lo que es menos conocido es que los fenoles son agentes antimicrobianos e inhiben el metabolismo de la mayoría de los microorganismos. "En nuestros experimentos, aislamos fenoles de la hierba marina y los añadimos a los microorganismos de la rizosfera de la hierba marina", explica Sogin. "Y efectivamente: se consumió mucha menos sacarosa en comparación con cuando los fenoles no estaban presentes".

Dióxido de carbono

El hecho de que estos microbios dejen el azúcar para lo que es, está bien. "Nuestros cálculos muestran que si la sacarosa encontrada fuera descompuesta por los microbios, esto liberaría al menos 1,54 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera en todo el mundo", dice Manuel Liebeke. "Eso equivale aproximadamente a la cantidad de dióxido de carbono que emiten 330 000 coches en un año".

Tiempo severo

A pesar del importante papel que desempeñan las hierbas marinas en nuestra lucha contra el cambio climático, estas plantas se encuentran en una situación desesperada. De hecho, las praderas marinas se encuentran entre los hábitats más amenazados del planeta. Los pastos marinos están disminuyendo a un ritmo alarmante en todos los océanos; se estima que las pérdidas anuales son del 7 % en algunos lugares, comparable a la pérdida de los arrecifes de coral y las selvas tropicales. Incluso es posible que ya se haya perdido un tercio de toda la hierba marina del planeta.

Las anguilas están luchando por varias razones. Por ejemplo, las costas de muchos países están siendo objeto de un intenso desarrollo: se construyen puertos o se realizan proyectos energéticos. Los pastos marinos tienen entonces que abrirse paso. La mala calidad del agua (debido al turismo, por ejemplo) también es un problema. Al igual que las condiciones meteorológicas extremas.

Según los investigadores, deberíamos hacer más para salvar estas plantas vitales y asegurar el futuro de la hierba marina. "Nuestro estudio pone de manifiesto la importancia de preservar estos sumideros de carbono", concluye Sogin.

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