El cambio climático ya está alterando nuestra calidad de sueño

El cambio climático está afectando en una gran medida  nuestra calidad a la hora de dormír

Las investigaciones sugieren que el cambio climático ya está afectando a nuestro sueño y podría costarnos decenas de horas de sueño al año en 2100 si no tomamos medidas.

¿Le cuesta dormir en las noches húmedas y calurosas? No es sorprendente. En un nuevo estudio, los investigadores han descubierto que las altas temperaturas tienen un impacto significativo en nuestro sueño. No es una buena noticia de cara al futuro. Porque el cambio climático significa que aún quedan muchas noches de calor abrasador por delante, con todas las consecuencias que ello conlleva.

Cambio climático

El cambio climático puede parecer muy lejano para algunos. Las consecuencias del deshielo de los glaciares o de la subida del nivel del mar no afectan directamente a su vida cotidiana. Pero un nuevo estudio demuestra ahora lo contrario. Como sabes, el cambio climático está provocando el aumento de la temperatura exterior. Y este aumento de las temperaturas tiene una influencia bastante negativa en el sueño.

Estudio

En el estudio, los investigadores analizaron los datos de sueño de más de 47 000 adultos de 68 países diferentes de todos los continentes. Y el análisis demostró que en las noches extremadamente calurosas (cuando el mercurio supera los 30 grados centígrados) los sujetos de la prueba dormían una media de 14 minutos menos. Además, la probabilidad de dormir las siete horas recomendadas por noche también disminuye a medida que aumenta la temperatura.

El valor añadido de una buena noche de sueño

El sueño es muy importante para muchas funciones físicas y cognitivas. Por ejemplo, la salud cardiovascular, el sistema inmunitario, el metabolismo, la memoria y la regulación de las emociones están influidos por el sueño. El riesgo de padecer Alzheimer o cáncer también está asociado a la calidad del sueño. Para mejorar la salud y el bienestar emocional, las personas deben dormir lo suficiente. Para la mayoría de las personas sanas, esto significa 7 horas de sueño por noche.

Con su estudio, los investigadores aportan la primera prueba a escala mundial de que las temperaturas superiores a las normales perturban el sueño humano. "Esto se debe en parte a que la gente tarda más en dormirse y en parte a que se despierta antes en las noches cálidas", explica el investigador Kelton Minor.

Cuerpo humano

El equipo cree que también se puede explicar. Nuestra temperatura corporal está regulada por un centro de control en el cerebro que suele mantener la temperatura estable en torno a los 37 grados centígrados. "Sin embargo, cada noche ocurre algo extraordinario", dice Minor. "Nuestro cuerpo desprende calor al ambiente durante la noche sin que nos demos cuenta. Esto ocurre porque nuestros vasos sanguíneos se dilatan y el flujo sanguíneo de las manos y los pies aumenta. Sin embargo, para que nuestro cuerpo transfiera ese calor, el entorno debe estar más frío que nosotros".

Descanso nocturno

En definitiva, los investigadores demuestran que el clima más cálido y las temperaturas más altas pueden alterar significativamente nuestro sueño. "A través de las estaciones, la demografía y los diferentes contextos climáticos, nuestro estudio muestra que las temperaturas exteriores más cálidas perturban sistemáticamente el sueño, y la cantidad de pérdida de sueño aumenta gradualmente a medida que las temperaturas aumentan", concluye Minor. Lo cual, dado el calentamiento global, no es precisamente una buena noticia. Los investigadores predicen que si el cambio climático no se mitiga lo suficiente para finales de siglo, podría costarnos hasta 50-58 horas de sueño al año. Y esto podría tener importantes consecuencias para la salud humana y la productividad, advierten.

Países en desarrollo

Además, los más afectados son los habitantes de los países en desarrollo. El estudio muestra que son ellos los que más sufren las alteraciones del sueño debido al clima más cálido. Una posible explicación es el uso del aire acondicionado en los países desarrollados. Por lo tanto, en futuros estudios, los investigadores quieren seguir investigando el impacto del aumento de las temperaturas en el sueño de las personas de climas más cálidos que no tienen acceso al aire acondicionado.

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