Vivir junto a un parque reduce el riesgo de sufrir un derrame cerebral

Se sabe que la exposición a contaminantes atmosféricos, como las partículas, puede aumentar el riesgo de sufrir un derrame cerebral o ictus. Pero los investigadores han descubierto ahora lo que puede reducir significativamente el riesgo.

Estudio

En el estudio, los investigadores examinaron la exposición a los contaminantes atmosféricos de más de 3,5 millones de personas que viven en Cataluña (España). En concreto, analizaron la cantidad de dióxido de nitrógeno (NO2), partículas inferiores a 2,5 micras (PM2,5) y partículas de hollín en los hogares de las personas estudiadas. Todas estas son sustancias que pueden asociarse al tráfico de automóviles. También se fijaron en si había un parque o zona verde a menos de 300 metros de la vivienda. A continuación, trazaron un mapa de las consecuencias de esto para la salud y, más concretamente, para el riesgo de sufrir un derrame cerebral. "Dado que se prevé que el número de personas que sufren un ictus y mueren a causa de él aumentará en los próximos años, es importante conocer todos los factores de riesgo implicados", afirma la investigadora Carla Avellaneda.

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Los resultados son bastante preocupantes. "Encontramos una fuerte relación entre las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2) y el riesgo de derrame cerebral", explica Avellaneda a infoterio.com. "Cada aumento de 10  µg/m³ (µg = microgramos) de NO2 en el aire conlleva un incremento del 4 % en el riesgo de sufrir un derrame cerebral". Lo mismo ocurre cuando los niveles de PM2,5 aumentan en 5 µg/m³. En el caso de las partículas de hollín, el riesgo aumenta un 5 % por cada aumento de 1 µg/m³ en la atmósfera. ¿Por qué estas sustancias aumentan el riesgo de ictus? "La exposición al NO2, por ejemplo, puede provocar una inflamación sistémica", explica Avellaneda. "También puede provocar una progresión acelerada de la ateromatosis (una enfermedad complicada y de evolución lenta en la que se depositan sustancias grasas en la pared de las arterias, ed.) y la predisposición a la arritmia cardíaca; tres cosas que desempeñan un papel importante en la aparición de un ictus."

Parque de la ciudad

Al mismo tiempo, los resultados muestran que vivir junto a un parque urbano reduce significativamente el riesgo de sufrir un derrame cerebral. Las personas que viven cerca de zonas verdes tienen un 16 % menos de riesgo de sufrir un derrame. Así que parece muy probable que tener más naturaleza alrededor sea bueno para la salud. "Cada vez hay más pruebas de que las zonas verdes tienen beneficios para la salud", dice Avellaneda. "Tanto para su salud mental, como para su bienestar, el riesgo de enfermedades cardiometabólicas e incluso el riesgo de muerte, por nombrar solo algunas. Sin embargo, hasta ahora los datos disponibles sobre el impacto de los espacios verdes en el riesgo de ictus han sido escasos. Pero nuestros resultados parecen confirmar el efecto protector de los espacios verdes".

Según los investigadores, esto puede deberse a varias razones. Por ejemplo, las zonas verdes y los parques urbanos tienen un efecto reductor del estrés. También hacen que seas más activo físicamente; por ejemplo, es más probable que salgas a caminar. Además, en un parque tienes más contacto social. Todo ello es beneficioso para la salud y puede reducir el riesgo de sufrir un ictus.

Según los investigadores, los resultados subrayan la necesidad de reflexionar sobre el nivel de contaminación atmosférica que se considera seguro. La Organización Mundial de la Salud ha endurecido recientemente las directrices sobre la contaminación atmosférica. Significa que los valores de la contaminación atmosférica tienen que reducirse drásticamente para evitar los efectos nocivos para la salud y la mortalidad de las personas. Desde el 22 de septiembre de 2021, la OMS recomienda las siguientes normas: 15 μg/m³ de PM10 y 5 μg/m³ de PM2,5. Para muchos países esos valores límite están todavía muy lejos. 

Niveles de seguridad

Lo preocupante, sin embargo, es que los niveles medidos durante el estudio actual eran de media inferiores a los establecidos por las autoridades europeas, pero aparentemente siguen aumentando el riesgo de derrame cerebral. "Este estudio demuestra que el riesgo de ictus está, por tanto, presente incluso en niveles que cumplen las normas europeas de calidad del aire", dijo Avellaneda. Esto significa que los niveles etiquetados como seguros pueden no serlo tanto después de todo. En consecuencia, los efectos sobre la salud pueden ser aún más graves en los lugares donde se superan estos "niveles de seguridad".

Medidas

El equipo de investigación sostiene que, por lo tanto, se necesitan "medidas audaces" para reducir el uso del coche en particular. "Es importante reducir la contaminación atmosférica de todas las fuentes", dice Avellaneda. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el tráfico rodado es la principal fuente de emisiones contaminantes del aire en un entorno urbano. Por tanto, es necesario aplicar políticas para reducir la contaminación atmosférica de forma aún más drástica. Al preguntarle si cree que la gente estará a favor de dejar el coche más a menudo, es breve. "Considero que si su salud está en juego, lo harán".

El estudio demuestra la importancia del entorno en el riesgo de sufrir un derrame cerebral. Y para frenar aún más ese riesgo, a Avellaneda le gustaría que hubiera más parques urbanos y espacios verdes en las ciudades. "Más del 75 % de la población europea vive en zonas urbanas", afirma. "Sin embargo, los habitantes de las ciudades suelen tener un acceso limitado a los entornos naturales. Creemos que los resultados de este estudio apoyan la necesidad de ciudades más verdes, dados los importantes beneficios para la salud que pueden aportar." Además, los investigadores sostienen que debemos esforzarnos por crear pueblos y ciudades más sostenibles, en los que vivir ya no suponga un mayor riesgo de enfermedad.

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