Las bacterias del intestino influyen en tus gustos de comida

Las bacterias de tus intestinos podrían decidir tus gustos en la comida

En todo momento estás decidiendo qué comer. Piensa en lo que se te antoja. Al final, eliges una comida determinada. Pero esa decisión podría no ser tuya. ¿Qué pasa si lo decide otro, y no tú? ¿No te parece que eso da miedo? 

Somos lo que les gusta.

Una investigación de la Universidad de Pittsburgh ha demostrado que esto puede ser una realidad. Los experimentos con ratones han demostrado que las bacterias del intestino influyen realmente en lo que su huésped elige para comer. Ellas mismas producen sustancias que desencadenan el deseo de consumir diferentes tipos de alimentos.

Cada persona nace con una composición bacteriana diferente y, a lo largo de su vida, su composición influye en su forma de vida. Las bacterias de nuestro intestino (pero no solo de nuestro intestino) crean su propio ecosistema. Se llama microbioma.

Las bacterias no siempre son polizones. Segregan sustancias químicas que afectan a nuestro organismo. A veces perjudican, a veces benefician.

La posibilidad de que el microbioma pueda influir (al menos parcialmente) en nuestros antojos de diferentes tipos de alimentos se ha considerado durante mucho tiempo. Pero hasta ahora faltaban pruebas. Ahora lo presenta un nuevo estudio publicado en la revista revisada por pares PNAS.

"Todos tenemos esos impulsos: a veces sientes que necesitas comer una ensalada o que necesitas comer carne. Nuestro estudio demostró que los animales con distintas composiciones microbianas intestinales eligen dietas diferentes", afirma la revista de la Universidad de Pittsburgh, citando a Kevin Kohl, profesor del Departamento de Biología de la Facultad de Artes y Ciencias Kenneth P. Dietrich.

Nuevas bacterias, diferentes sabores

Los investigadores examinaron el efecto de las bacterias del intestino en los sabores de tres docenas de ratones. Trasplantaron microbiota de diferentes roedores salvajes. Tomaron el microbioma de individuos que vivían en diferentes ambientes y comían diferentes dietas.

Los ratones de los distintos grupos con las nuevas bacterias empezaron a preferir una dieta diferente a la que llevaban antes del experimento. Este comportamiento sugiere que el intestino (microbioma) y el cerebro están interconectados, y que el intestino envía señales al cerebro para que anhele una determinada dieta.

Los investigadores lo han probado con el triptófano químico, un aminoácido que nuestro cuerpo no puede producir.

Obtenemos el triptófano a través de nuestra dieta o mediante su producción por los microbios intestinales. El triptófano también tiene un efecto significativo en la sensación de saciedad, ya que es la serotonina la que te hace sentir cansado después de una comida abundante.

Los investigadores descubrieron que los roedores con diferentes microbiomas tenían diferentes niveles de triptófano en la sangre. Estos niveles eran diferentes incluso antes de que los roedores tuvieran la oportunidad de elegir su propio estado.

Este es otro indicio de que las sustancias segregadas por nuestro intestino estimulan el deseo de consumir ciertos alimentos.

Sin embargo, los autores del estudio advierten que el microbioma no es el único creador de tus gustos.

"Podría ser que lo que comiste el día anterior sea más importante que los microbios que tienes en tu intestino. En un experimento con humanos habría que tener en cuenta muchos más factores", explicó el profesor Kohl.

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