Estudio: Personas con síndrome del impostor poseen fuertes habilidades sociales

Personas con síndrome del impostor son buenos empleados y poseen fuertes habilidad sociales

Los empleados que dudan de sus capacidades a menudo resultan ser buenos miembros de equipo con fuertes habilidades sociales, según demuestra una nueva investigación.

¿Tienes el síndrome del impostor? No estás solo. Incluso muchas personas de éxito parecen sufrirlo. A menudo se piensa que el síndrome del impostor es un problema debilitante. Pero nuevas investigaciones sugieren ahora que no siempre es así. Sorprendentemente, también parece tener un lado positivo.

¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor es un término que fue descrito por primera vez por psicólogos e investigadores en la década de 1970. Las personas con el síndrome del impostor están convencidas de que son "impostores" y de que no merecen su éxito. Descartan los signos de éxito como mera suerte o coincidencia y creen que no son tan inteligentes o capaces como los demás piensan. En resumen, consideran que no son capaces de nada, pero que los demás aún no lo han descubierto.

Las personas con el síndrome del impostor pueden sufrir mucho por ello. "Los pensamientos de engaño reducen significativamente los pensamientos positivos y disminuyen la autoestima", explica la investigadora Basima Tewfik. Pero el síndrome del impostor no tiene por qué interponerse en el camino de una persona, según demuestran sus investigaciones. También puede tener efectos beneficiosos.

Estudio

Entre otras cosas, Tewfik entrevistó a los empleados de una empresa de gestión de activos para ver si tenían pensamientos engañosos en el trabajo y en qué momento. También pidió evaluaciones de otros empleados. Esto llevó a un descubrimiento sorprendente. "Encontré una correlación positiva", explica Tewfik. "Los que padecen el síndrome del impostor fueron llamados más a menudo sociales por los directivos".

Beneficios

Los resultados muestran además que las personas con síndrome del impostor suelen ser buenos miembros de equipo, con fuertes habilidades sociales. Además, suelen ser reconocidos como empleados productivos por sus empleadores. "Las personas con pensamientos impostores están, como resultado de esos pensamientos, más centradas en los demás", explica Tewfik. "Y cuanto más se centren en los demás, más se percibirán como más sociales".

Problema

El estudio de Tewfik se basa en otro anterior que también demostró que las personas que sufren de inseguridad profesional suelen ser muy hábiles socialmente. Además, la investigación de Tewfik demuestra que la idea de que el síndrome solo conduce a un mal rendimiento es un mito. Y así, según ella, los resultados disipan algunas suposiciones importantes sobre el síndrome del impostor. "Lo que no quiero conseguir, sin embargo, es que la gente piense ahora que el síndrome del impostor no es un problema", subraya. Por lo tanto, subraya que no hay que ignorar, rechazar o incluso fomentar estos pensamientos entre los empleados.

No es permanente

Si te reconoces en esta historia, Tewfik tiene una noticia positiva: el síndrome del impostor no tiene por qué ser permanente. Los resultados de su estudio demuestran que quienes padecen el síndrome del impostor pueden deshacerse de él con el tiempo. Por ejemplo, las personas pueden desprenderse de ella a medida que se afianzan en su trabajo.

Tewfik aún no piensa dejar de lado el tema. Tiene previsto investigar si el síndrome del impostor también está relacionado con la creatividad. Además, anima a otros científicos a trabajar también en este tema. "Espero que este estudio suscite una conversación más amplia sobre este fenómeno", afirma. "Mi esperanza es realmente que otros académicos también se unan a esta conversación. Es un área madura para muchas investigaciones futuras".

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