Los fondos oceánicos parecen alberga numerosas formas de vida difíciles de clasificar

Unas dos terceras partes de los organismos del fondo oceánico no encajan realmente en ningún lugar desde el punto de vista taxonómico, según una nueva investigación.

No es ningún secreto que hay muchas formas de vida en el fondo de los océanos. E incluso sabemos con bastante exactitud lo que estas formas de vida hacen allí: reciclar y almacenar materia inorgánica, como el carbono. Esta materia proviene de los ecosistemas que viven en las capas superiores del agua (dominados en números absolutos por el plancton). Por ello, estas formas de vida son cruciales para el funcionamiento de las cadenas alimentarias marinas y el almacenamiento de CO₂ a largo plazo, y, por tanto, para regular el clima de la Tierra.

Identificación de formas de vida

Sin embargo, no está tan claro qué formas de vida están involucradas; el fondo del océano (a pesar de cubrir alrededor del 60 % de la superficie de la Tierra) es el hábitat menos estudiado de la Tierra. Un nuevo estudio (publicado en la revista Science Advances) pretende cambiar esta situación. Para el estudio, los investigadores buscaron ADN en los sedimentos del fondo de los principales océanos del mundo. Ese ADN se analizó posteriormente y se comparó con el de los organismos encontrados a mayor altura en el agua durante estudios anteriores. Esto último permitió a los investigadores distinguir entre el ADN de los organismos que vivían en la parte superior del agua, pero que posteriormente (tras su muerte) se hundieron en el fondo, y los organismos que realmente viven o habían vivido en el fondo del mar.

Perspectivas sorprendentes

La investigación proporciona varias ideas sorprendentes. Los resultados indican que la diversidad en la llamada zona bentónica (la parte más baja de una masa de agua, como un océano) puede ser hasta tres veces mayor que en la masa de agua situada por encima. Además, la diversidad bentónica parece abarcar grupos taxonómicos muy diferentes, la mayoría de los cuales aún no se han establecido por estos organismos bentónicos. "Nuestros datos indican que casi dos tercios de la diversidad bentónica no pueden asignarse a los grupos que conocemos", confirma el investigador Jan Pawlowski. "Y eso revela una enorme laguna en nuestro conocimiento de la biodiversidad marina".

Bomba de carbón marina

El estudio también revela más información sobre la bomba de carbono marina: un conjunto de procesos que asegura que el CO₂ atmosférico se almacene finalmente en las profundidades del océano.

El océano absorbe el carbono de dos maneras. En primer lugar, está la bomba física que transporta el agua superficial con una alta concentración de CO₂ hacia las capas de agua más profundas. Y luego está la bomba biológica marina. Este último es el tema de este artículo. Esta bomba garantiza, a través de los organismos marinos, que el CO₂ se almacene en las profundidades del océano. ¿Cómo funciona exactamente? En la superficie del agua se encuentra el plancton fotosintético (también llamado fitoplancton) que, mediante la fotosíntesis, extrae el CO₂ de la atmósfera y lo fija a sí mismo. Parte de este carbono, secuestrado en las partículas marinas, se hunde (tras la muerte del fitoplancton, por ejemplo) donde se almacena durante mucho tiempo en los sedimentos del fondo del océano.

Investigaciones anteriores sugerían que la concentración de plancton está estrechamente relacionada con la intensidad de la bomba de carbono marina. Y este estudio lo confirma. Demuestra que la abundancia y la composición del ADN planctónico en los sedimentos puede decirnos más sobre la fuerza de la bomba de carbono marina. "Por primera vez, entendemos qué miembros de la comunidad de plancton contribuyen más a la bomba de carbono marina", afirma el investigador Colombán de Vargas.

Del pasado al futuro

Con el nuevo estudio, tenemos por primera vez una imagen bastante completa de lo que vive en todo el océano contemporáneo, desde la zona epipelágica (cerca de la superficie) hasta la zona bentónica. Y eso también puede ayudarnos a entender mejor los océanos del pasado. Por ejemplo, los investigadores podrían analizar teóricamente los sedimentos más antiguos para obtener una imagen clara de los organismos que vivían en el fondo marino en aquella época y de cómo funcionaba la bomba de carbono marina en el clima de entonces. Si a continuación nos acercamos a los periodos en los que los océanos eran más cálidos que ahora, podemos hacernos una mejor idea de cómo funcionará la bomba de carbono marina en el futuro cuando la Tierra, y, por tanto, los océanos, sigan calentándose.

Sin embargo, también tenemos que examinar más de cerca los organismos que viven en el fondo del océano y que hemos vislumbrado por primera vez en este estudio, afirma el investigador Andrew J. Gooday. "Un gran número de organismos desconocidos viven en los sedimentos del fondo oceánico y deben desempeñar un papel fundamental en los procesos ecológicos y biogeoquímicos. Un mejor conocimiento de esta rica diversidad es crucial si queremos proteger estos vastos ecosistemas, relativamente prístinos, de posibles interferencias humanas en el futuro y comprender mejor los efectos que el cambio climático tiene sobre ellos".

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