Un fármaco de última generación llamado baxdrostat ha mostrado resultados prometedores en el tratamiento de la hipertensión resistente, una de las formas más peligrosas y difíciles de controlar de la presión arterial elevada. El hallazgo abre una esperanza concreta para millones de personas en todo el mundo que, pese a recibir atención médica, no logran mantener sus niveles de presión en rangos saludables.
El avance fue descrito en un artículo publicado en la revista New England Journal of Medicine y presentado durante el European Society of Cardiology Congress 2025. Los investigadores reportaron que baxdrostat, un inhibidor de la producción de aldosterona, consiguió reducir de manera significativa la presión arterial en pacientes cuya hipertensión no respondía adecuadamente a tratamientos convencionales.
La investigación, conocida como BaxHTN, incluyó a más de 800 pacientes en 214 centros clínicos de distintos países. Después de 12 semanas de tratamiento, aquellos que recibieron entre 1 y 2 miligramos diarios de baxdrostat presentaron una disminución promedio de 9 a 10 mmHg en su presión arterial sistólica en comparación con el grupo placebo. Según los especialistas, esa reducción es suficiente para impactar de manera notable en el riesgo de eventos cardiovasculares graves.
Un nuevo enfoque contra la hipertensión resistente
La hipertensión es uno de los factores de riesgo más relevantes para la salud pública global. Se calcula que afecta a unos 1300 millones de personas en el mundo, de las cuales cerca de la mitad no logra controlar adecuadamente la enfermedad pese a recibir tratamiento médico. En estos casos, la presión arterial elevada se mantiene a pesar del uso de medicamentos convencionales, lo que incrementa de manera drástica la probabilidad de infarto, accidente cerebrovascular e insuficiencia renal.
Baxdrostat actúa inhibiendo la producción de aldosterona, una hormona clave en la regulación de la presión arterial. Este compuesto, secretado por las glándulas suprarrenales, ayuda a los riñones a mantener el equilibrio de agua y sal en el organismo. Sin embargo, en muchos pacientes con hipertensión, la sobreproducción de aldosterona provoca un incremento sostenido de la presión sanguínea. Hasta ahora, abordar este mecanismo de manera efectiva había sido un reto clínico de décadas.
El cardiólogo Bryan Williams, miembro del equipo de investigación, destacó la relevancia del hallazgo al afirmar que “los resultados muestran que el medicamento tiene el potencial de ayudar a más de medio millón de personas en todo el mundo”. Para Williams, el efecto observado es clínicamente significativo: “Lograr una reducción cercana a 10 mmHg es muy impresionante. Una disminución de esta magnitud basta para reducir de manera considerable el riesgo de infarto, accidente cerebrovascular o enfermedad renal”.
Resultados del ensayo clínico
En el estudio BaxHTN, se comparó la administración de baxdrostat frente a un placebo en pacientes con hipertensión difícil de controlar. Aproximadamente el 40 % de los participantes tratados con el fármaco alcanzaron niveles de presión arterial considerados saludables tras tres meses de tratamiento, en contraste con menos del 20 % en el grupo placebo.
Estos datos confirman la importancia de la estrategia de bloquear la producción de aldosterona, un mecanismo que durante años se consideró difícil de intervenir. El hecho de que baxdrostat logre un efecto sostenido con dosis relativamente bajas incrementa aún más su atractivo clínico.
Williams subrayó que la necesidad de nuevos tratamientos es urgente: “Alrededor de la mitad de las personas que reciben atención para la hipertensión no tienen su presión arterial completamente bajo control. Incluso esta es una estimación prudente, porque en realidad el porcentaje podría ser mayor, especialmente ahora que los estándares para definir qué es una presión saludable son más estrictos que en el pasado”.
Un problema de salud global en expansión
La hipertensión no controlada se ha convertido en un desafío sanitario planetario. Aunque en décadas anteriores se asociaba principalmente a los países occidentales, los cambios en la dieta —particularmente la reducción del consumo de sal en Europa y Norteamérica— han permitido una disminución relativa de la prevalencia en esas regiones. En contraste, los países asiáticos y aquellos con ingresos bajos y medianos concentran hoy la mayor carga de la enfermedad.
China cuenta actualmente con unos 226 millones de personas con hipertensión, mientras que en India la cifra ronda los 199 millones. Para los especialistas, estas regiones serán clave a la hora de evaluar el verdadero impacto del nuevo tratamiento, dado que concentran un número desproporcionado de pacientes con hipertensión resistente y menos acceso a terapias innovadoras.
El desarrollo de baxdrostat podría representar, por tanto, un antes y un después en el abordaje de la hipertensión en estas poblaciones, al ofrecer un tratamiento eficaz para quienes han probado sin éxito varias combinaciones de medicamentos antihipertensivos tradicionales.
Retos pendientes y próximos pasos
A pesar de los resultados alentadores, los investigadores advierten que baxdrostat aún debe superar varias etapas antes de convertirse en un tratamiento disponible de manera generalizada. Los ensayos clínicos de fase III, como el presentado, son decisivos para comprobar tanto la eficacia como la seguridad del medicamento en poblaciones grandes y diversas. Sin embargo, se requieren estudios adicionales a largo plazo para evaluar posibles efectos secundarios, la duración del beneficio y su comportamiento en combinación con otros fármacos.
El equipo científico espera que, en un futuro cercano, baxdrostat pueda complementar —y en algunos casos sustituir— a las terapias actuales, que incluyen diuréticos, betabloqueadores, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y antagonistas de los receptores de angiotensina II (ARA-II). El reto, además de demostrar seguridad y eficacia sostenidas, será garantizar que el medicamento sea accesible para los sistemas de salud en países de ingresos medios y bajos, donde se concentra la mayoría de los pacientes.
Una posible revolución en la cardiología preventiva
Si los siguientes estudios confirman los resultados observados, baxdrostat podría representar una revolución en el manejo de la hipertensión, similar a lo que supuso en su momento la introducción de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina hace varias décadas. La diferencia es que, esta vez, el objetivo terapéutico se dirige de manera más precisa al origen hormonal de la enfermedad en un amplio grupo de pacientes.
El descubrimiento también abre la puerta a nuevas investigaciones sobre la fisiología de la aldosterona y su papel en otras patologías. Si se confirma que su bloqueo es seguro a largo plazo, podrían explorarse usos adicionales en enfermedades renales crónicas o en casos específicos de insuficiencia cardíaca.
Para millones de pacientes con hipertensión resistente, el desarrollo de este fármaco representa más que una alternativa: es una posibilidad concreta de recuperar una vida con menos riesgos y complicaciones asociadas a una de las principales causas de muerte en el mundo.
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